El funcionamiento de los motores lineales utiliza la fuerza electromagnética para proporcionar movimiento lineal sin requerir levas, engranajes, bandas u otros dispositivos. Con base en este principio, los motores lineales permiten aceleraciones de hasta 475 m/s2 y una velocidad lineal máxima de hasta 20 m/s; aseguran una alta precisión de posicionamiento y repetición. Por ello, son una alternativa a los motores rotativos, considerados una solución única para las aplicaciones que requieren una dinámica muy alta.
Composición de un motor lineal
Los conductores primarios están embebidos en el núcleo del estátor y los conductores secundarios del rotor se encuentran en el núcleo de este. El entrehierro está cerrado sobre sí mismo.
Un motor lineal consta de dos partes:
Vástago: está compuesto por imanes de neodimio en un tubo de acero inoxidable de alta precisión.
Estátor:
en este se encuentran los devanados del motor, el casquillo de
rozamiento para el vástago y los sensores de temperatura para el control
térmico del motor.
Ventajas de utilizar un motor lineal
A continuación, enlistamos algunas ventajas que los motores lineales ofrecen a los procesos de automatización de tu industria:
- Posicionamiento libre
- Ajuste de velocidad
- Control de aceleración
- Fuerza programable
- Movimientos monitorizados
- Sincronización de movimientos
- Bajo costo de mantenimiento
- Larga vida de servicio
- Bajos costos energéticos
Además de lo anterior, queremos terminar este breve repaso acerca de los motores lineales con algunas otras aplicaciones en las que estos juegan un papel importante:
- Ofrecen fuerza constante en todo el recorrido
- Son puramente pasivos, no necesitan de electricidad o de aire comprimido
- Son ideales en compensación de fuerza gravitacional
- Son adecuados para movimientos dinámicos
- Abarcan diferentes rangos de recorridos y fuerzas
- Son compatibles con las guías H
- Requieren construcción sencilla